El jazz y su llegada a Colombia, explicado para niños

En Nueva Orleans, una ciudad llena de sonidos, vivía gente que venía de muchas partes del mundo: personas de África, de Europa, de América. Todos traían consigo canciones, ritmos, bailes y formas de contar historias.
Un día, los tambores africanos se cruzaron con los violines europeos. Las canciones de historias de amor se mezclaron con los himnos de las iglesias; los sonidos de las guitarras, pianos y trompetas se fueron mezclando, y de repente, nació una música distinta que se convirtió en la favorita de muchos: el jazz. Sus músicos no seguían siempre las mismas notas; preferían improvisar: es decir, crear sonidos mientras tocaban y sin ensayarlos primero. Cada vez que un saxofón comenzaba a sonar, parecía contar una historia distinta. Cada trompeta tenía algo propio que decir.
En Nueva Orleans, el jazz empezó a crecer; sonaba en las esquinas, en las fiestas, en los desfiles, en los patios de las casas… y cada vez que sonaba las personas no podían evitar mover los pies al escucharlo.
Viajó, llegó a ciudades como Chicago y Nueva York en Estados Unidos, donde encontró nuevos sonidos y escenarios más grandes. En esos lugares conoció a músicos como Louis Armstrong, que hacía que su trompeta cantara con una voz única o como Duke Ellington, que convertía la orquesta en un viaje musical.
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En la década de 1940 nació el bebop, una clase de jazz con música más rápida. Luego, en los años 70, el jazz se volvió un explorador: quiso mezclar su esencia con el rock, con los ritmos latinos, con músicas del mundo. Y así nació el jazz fusión. En la actualidad hay máss de 8 tipos de jazz y todos son maravillosos.
El jazz voló, atravesó el océano y aterrizó en Europa, en Asia, en África, en América Latina. En cada sitio, su esencia era protagonista, pero al tiempo sonidos diferentes aparecerían. En ese viaje por el mundo aterrizó en nuestra tierra: Colombia.
Directo a Colombia: historia del jazz en nuestro país
El mar fue el cómplice de esta historia, pues fue el camino por donde este género llegó a Colombia. Uno de los primeros lugares donde se escuchó el jazz fue la ciudad de Barranquilla, allá por el año 1921, cuando una banda llamada Panamá Jazz Band vino a tocar. Algunos músicos panameños se quedaron en Colombia, enseñando a otros lo que sabían. Y con ellos llegó no solo la música, sino también los nuevos bailes: el charlestón, el fox-trot, y el ragtime.
En esos tiempos, la gente no tenía televisión, ni internet, pero en algunas casas había gramófonos, una especie de tocadiscos antiguo. También había partituras, que son como libros donde está escrita la música. Fue así como esa música nueva empezó a entrar a los hogares.
Pero lo más emocionante fue cuando los músicos colombianos empezaron a formar sus propias bandas de jazz. Una de las primeras fue la Jazz Band Lorduy, en Cartagena. La formaron dos hermanos, Francisco y Leonidas Lorduy, quienes ya habían tocado juntos desde jóvenes. Primero eran un trío y con el tiempo se convirtieron en una orquesta; tenían batería, contrabajo, piano, clarinete, saxofón, banjo, violín y flauta. Tocaban en hoteles, en clubes elegantes, y en fiestas.
En Bogotá también nació una banda, la Jazz Band de Anastasio Bolívar, y más tarde otras como la de Ernesto Boada. En Medellín apareció la Jazz Pasos, y en Barranquilla surgió la Emisora Atlántico Jazz Band, donde un trombonista llamado Guido Perla dirigía a músicos que tocaban como si estuvieran en Nueva York.
Los instrumentos eran los mismos que se usaban en Nueva Orleans. Pero poco a poco, los músicos empezaron a agregarle un toque colombiano. No solo tocaban música extranjera: también empezaron a componer sus propias piezas, con nombres como ‘20 de julio’ o ‘New York - Bogotá‘ (una canción que celebraba el primer vuelo entre esas dos ciudades).
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El jazz siguió creciendo, mezclándose con la música colombiana, como la cumbia y el porro, sobre todo en la costa Caribe. Y así fue como, en los años 40, llegaron dos grandes músicos: Lucho Bermúdez y Pacho Galán; tomaron el sabor del Caribe y le agregaron el ritmo del jazz. Sus orquestas eran grandes, llenas de trompetas, saxofones, clarinetes, timbales y maracas.
Dicen que a Lucho Bermúdez lo llamaban “el Benny Goodman colombiano”, porque tocaba el clarinete con la misma energía que el famoso músico estadounidense. Pero él tenía su propio estilo, porque mezclaba su amor por los sonidos del Caribe con la elegancia de las big bands del jazz. Algunas de sus canciones, como ’Maqueteando‘, son muestra de ello.
Músicos como Julio Arnedo, Edy Martínez y Antonio Arnedo siguieron ese camino, aprendiendo del jazz en Estados Unidos y trayéndolo de vuelta a Colombia con nuevas ideas.
También hubo discos, como uno llamado Luis Rovira - Sexteto, donde se tocaban canciones colombianas en versión jazz. Aunque muchas de esas primeras bandas no dejaron grabaciones, algunos aún existen, en la Biblioteca Nacional, por ejemplo, hay partituras escritas a mano de la Jazz Band de Anastasio Bolívar.
El jazz ha viajado por el mundo, se ha mezclado con culturas, ha cambiado, pero nunca ha perdido su esencia. Hoy, sigue siendo un género que nos acompaña, que nos hace sentir, movernos e imaginar. Justo por eso, este 6 y 7 de septiembre tendremos la oportunidad de vivirlo en todo su esplendor en #JazzAlParquePorCapital, un espacio para celebrar su historia, su diversidad y su magia. No te pierdas la transmisión en vivo también a través de YouTube y TikTok de Canal Capital.
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