Bogotá redefine su relación con el espacio público y apuesta por una ciudadanía más consciente
La administración distrital abrió un balance contundente sobre la transformación del espacio público en Bogotá, un proceso que, según las autoridades, ya muestra avances medibles en corredores críticos, bajo puentes, plazas y barrios donde por años no ocurrió ninguna intervención.
La conversación estuvo liderada por la directora del DADEP, Lucía Bastidas, y el secretario de Gobierno, Gustavo Quintero, quienes enfatizaron que la apuesta del alcalde Carlos Fernando Galán está en organizar la ciudad para que todos quepan en ella.
Una ciudad que se reorganiza desde lo cotidiano
Para Bastidas, el concepto de espacio público va mucho más allá de una definición técnica, señalando que el reto implica coordinar a entidades como la Secretaría de Gobierno, las alcaldías locales, el IDU, Hábitat y la Caja de Vivienda Popular.
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Las cifras marcan el ritmo del cambio. Mientras en 2023 se registraron 25.477 metros cuadrados revitalizados, este año el Distrito rompió récord con 620.098 metros cuadrados intervenidos, entre mantenimiento, limpieza, reorganización y mejora de entornos barriales.
La diferencia entre recuperar y revitalizar radica en que "un espacio recuperado exige sostenibilidad permanente: personal, recursos y presencia constante. Eso también nos cuesta a todos", aclaró Lucía Bastidas, directora del DADEP.
Las presiones sociales no son menores. Migración desde Cauca, el Catatumbo y Venezuela convierte el espacio público en escenario de supervivencia y disputa. La respuesta del Distrito, según Bastidas, es la de organizarnos para que quepamos todos, con derechos, pero también con deberes.
Operación espacio público: 539.000 m² y 570 barrios intervenidos
El secretario de Gobierno, Gustavo Quintero, destacó que la coordinación entre entidades permitió lanzar la llamada 'Operación Espacio Público', que duplicó resultados en las localidades. Con intervenciones que suman 539.000 m², el Distrito realizó pedagogía con vendedores informales, retiró publicidad indebida, limpió calles, adecuó canchas y mejoró vías peatonales.
Quintero subrayó: "Hemos llegado a 570 barrios con el programa Transformación. Y la meta es sencilla: ir a todos los barrios de Bogotá, así sea con una sola acción".
Actualmente, el Distrito acumula 374 solicitudes activas de intervención, lo que refleja la velocidad con que las comunidades piden apoyo para mejorar sus entornos. La corresponsabilidad ciudadana, explicó, es clave: vecinos participan en limpiezas, adecentamientos y remoción de cambuches.
Bajo puentes: de puntos grises a espacios culturales y comerciales
Uno de los frentes más visibles está en los bajo puentes, donde el Distrito ya revitalizó puntos críticos como:
- NQS con calle 45
- NQS con calle 53, donde se recuperaron 1.407 m², se instalaron luminarias permanentes, baños, un café, una peluquería, salones multipropósito y la rueda de color más grande de Bogotá.
En estos espacios se están generando en promedio siete empleos directos gracias a la activación cultural y comercial.
La transformación continúa: en 2026 el Distrito entregará 17 nuevos bajo puentes en varias localidades, incluyendo intervenciones en la calle 127 con Boyacá y la autopista Sur con Villavicencio, donde habrá canchas, comercio y zonas peatonales completamente renovadas.
Séptima, Murillo Toro y San Victorino: los puntos más desafiantes
Quintero reconoció que la carrera séptima sigue siendo un reto histórico. Sin embargo, aseguró que ya es visible la transformación entre la calle 19 y la 24, así como en zonas como el parque Santander y el Murillo Toro, un corredor que estuvo tomado por vehículos blindados durante años.
"La Séptima que le vamos a dejar a la ciudadanía es completamente distinta: más cultura, más comodidad y espacio público organizado", afirmó el secretario de Gobierno.
El Murillo Toro hoy cuenta con urbanismo táctico, nuevas jardineras, baños inteligentes, mesas, sillas y un piso renovado que integra todo el corredor peatonal.
Bogotaneidad: cambiar comportamientos para recuperar el orgullo por la ciudad
La administración insiste en que la bogotaneidad no es un discurso simbólico sino un marco de trabajo para cambiar comportamientos cotidianos. En esa línea se han abierto baños públicos, uno de los puntos con más comparendos por mala utilización del espacio, y se han instalado campañas pedagógicas que nacen de conversaciones directas con la ciudadanía.
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El objetivo es construir una ciudad más limpia, más ordenada y más cuidada no depende solo de la autoridad, sino de asumir que Bogotá es 'mi ciudad, mi casa'. El Distrito sostiene que la transformación física debe ir de la mano de la emocional, devolviendo a los habitantes una relación de afecto y pertenencia que durante años se erosionó.
Esa apuesta se articula con un trabajo conjunto entre las alcaldías locales, la Secretaría de Gobierno y las entidades del sector hábitat, bajo el principio de que nada se logra de manera aislada.
Foto: Nicolás Romero
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