El cerebro adolescente y la salud mental: dos temas que van de la mano

Cuando se habla de adolescencia, la mayoría piensa en cambios físicos: crecimiento rápido, cambios en la voz, aparición de acné, nuevas sensaciones, mayor independencia. Pero otro de los cambios más importantes de esta etapa ocurre dentro del cerebro.
Durante la adolescencia está en una etapa de transformación, de plena actualización, preparándose para la adultez. Y es que durante muchos años se pensaba que el desarrollo cerebral terminaba en la infancia, alrededor de los 6 años. Hoy sabemos que eso no es cierto. La adolescencia es en realidad la segunda gran ventana de oportunidad para el desarrollo. Es un período en el que el cerebro aprende, cambia y se adapta con gran velocidad, influenciado por el entorno, las emociones, las experiencias y las relaciones.
¿Qué pasa exactamente en el cerebro adolescente?
Uno de los cambios más importantes que ocurren es la poda sináptica. El cerebro elimina conexiones neuronales que no se usan con frecuencia y refuerza las que sí se utilizan. Esto permite que las funciones mentales sean más eficientes y complejas. Es decir, el cerebro se reorganiza para trabajar mejor.
Por eso, durante la adolescencia se desarrollan habilidades como: pensamiento crítico, capacidad para resolver problemas complejos y capacidad para reflexionar sobre uno mismo y sobre los demás. Además, se refuerzan las conexiones entre distintas áreas del cerebro, lo que permite integrar mejor las emociones, el razonamiento, la memoria y el control de impulsos.
👉 Te invitamos a ver o escuchar el capítulo de 'de frente y con mente' sobre salud mental
Un dato no menor es que las áreas emocionales, como el sistema límbico, maduran antes que el lóbulo prefrontal, que es el encargado de planificar, controlar impulsos y tomar decisiones racionales. Esto significa que durante un tiempo el cerebro adolescente está dominado por las emociones más que por el pensamiento lógico, por esto es completamente normal que durante esta etapa haya altibajos emocionales, cambios de humor, necesidad de experimentar cosas nuevas o dificultad para manejar el estrés.
De hecho, hay tres neurotransmisores y hormonas clave que tienen un papel muy importante en la adolescencia: la dopamina, que es el neurotransmisor que activa los circuitos de gratificación y motivación; la oxitocina, que es la sustancia relacionada con los vínculos sociales y las emociones positivas que surgen al conectarse con otras personas; y la seretonina, que ayuda a regular el estado de ánimo, el apetito y el sueño. En la adolescencia, los niveles de serotonina pueden fluctuar, lo que contribuye a los cambios de humor, problemas para dormir o comer, y en algunos casos, sentimientos de tristeza, soledad o ansiedad. Cuando hay un desequilibrio prolongado, puede aumentar el riesgo de depresión o conductas autoagresivas.
Por otro lado, hay que resaltar que el cerebro adolescente aprende rápido y puede adaptarse con facilidad. Pero también es vulnerable. Por eso, necesita ciertos cuidados para desarrollarse de la mejor manera posible:
- Dormir bien: el sueño es esencial para consolidar el aprendizaje, regular el ánimo y reparar el cuerpo y el cerebro.
- Espacios para expresarse: poder hablar sin ser juzgado, sentirse acompañado y comprendido ayuda a procesar emociones y fortalecer la autoestima.
- Hacer actividad física: el ejercicio mejora la memoria, el humor, el sueño y la salud en general.
- Alimentarse bien: una buena nutrición influye directamente en el funcionamiento cerebral.
- Buscar ayuda cuando algo no está bien: hablar con alguien de confianza o con un profesional es una forma de autocuidado, lo cual es muy importante en esta etapa.
👉Lee también: Llega la Cátedra de Educación Emocional a los colegios: así funcionará esta nueva materia obligatoria en Colombia
Un consejo para las mamás, papás y personas cuidadoras
Aunque muchas veces parezca que no quieren compañía, lo cierto es que los adolescentes necesitan adultos presentes. No para controlarlos todo el tiempo, sino para guiarlos, escucharlos y acompañarlos mientras atraviesan esta etapa tan compleja como valiosa.
Un adulto que entiende lo que está pasando en el cerebro de una persona adolescente puede ser más paciente con los cambios de humor, evita juzgar comportamientos normales de la edad como "rebeldía" y ayuda a construir un entorno emocionalmente seguro, donde se pueda crecer sin miedo
La adolescencia es un proceso de construcción interna que prepara al cerebro para funcionar con toda su capacidad en la vida adulta. Sentir más, equivocarse, aprender, buscar placer, necesitar pertenecer, cambiar de humor, dudar de todo y descubrir nuevas formas de pensar.
Te invitamos a conocer la programación especial de eureka para el Día de la Salud Mental