Dormir y lo maravilloso de soñar, explicación para niñas y niños

¿Por qué soñamos?
laura.cano
Eureka
19 Noviembre, 2025

Cada noche, cuando llega la hora de dormir y cierras los ojos, tu cuerpo parece detenerse, los músculos se relajan, la respiración se vuelve más tranquila y el corazón late con calma. Sin embargo, tu cerebro sigue muy activo, aunque de manera diferente a cuando estás despierto. Mientras tú descansas, él trabaja sin parar, procesando información, creando recuerdos y construyendo mundos imaginarios que llamamos sueños. Incluso puede darte la sensación de correr, saltar o volar, aunque tu cuerpo permanezca quieto, porque la parte del cerebro que controla los movimientos se desconecta durante el sueño. Por eso, los sueños pueden ser tan dinámicos, intensos o extraños. A veces parecen historias caóticas o irreales, y otras veces pueden ser tan claros y detallados que sentimos que vivimos algo verdadero, como recordar la ropa que alguien llevaba o la música que sonaba en un lugar que visitamos en el sueño.

Dormir no ocurre de un solo momento, sino como un viaje con varias paradas. Primero, entramos en un sueño ligero, luego en uno más profundo, y finalmente alcanzamos una fase especial llamada sueño REM, que significa “movimientos oculares rápidos”. En esta etapa, nuestros ojos se mueven rápidamente bajo los párpados, el corazón y la respiración se aceleran un poco, y el cerebro se activa casi tanto como cuando estamos despiertos. Es en la fase REM donde se producen la mayoría de los sueños que podemos recordar. Estos sueños suelen ser más largos, más detallados y, a veces, más realistas. Cada ciclo de REM dura entre diez y veinte minutos y se repite varias veces durante la noche, sumando alrededor del 25% del tiempo total que dormimos. Los sueños más intensos y memorables suelen ser los que ocurren justo antes de despertar, mientras que los que ocurren en otras etapas, aunque existan, muchas veces los olvidamos casi de inmediato.

El cerebro utiliza los sueños para muchas cosas, y es que durante el día, nuestra mente recibe una enorme cantidad de información: imágenes, sonidos, olores, emociones y experiencias. Al dormir, todo eso se organiza, el cerebro revisa lo que aprendimos, guarda lo importante y desecha lo que no necesitamos. Además, los sueños nos ayudan a entrenar nuestras emociones, en ellos podemos enfrentarnos a situaciones difíciles, peligrosas o incluso aterradoras, sin correr ningún riesgo. Por eso, incluso las pesadillas, aunque sean desagradables, cumplen una función: ayudan a nuestro cerebro a procesar el miedo, la ansiedad o el estrés y a fortalecernos emocionalmente.

Lee también: ¿Qué está pasando con los copetones en Bogotá?

Aunque soñamos varias veces cada noche, la mayoría de los sueños se olvidan al despertar. Se calcula que alrededor del 95% desaparece en pocos minutos, porque al abrir los ojos el cerebro cambia de “modo soñador” a “modo despierto” y muchos recuerdos se borran. Por eso, a veces solo recordamos fragmentos de lo que soñamos, o nada en absoluto. Sin embargo, cada sueño, aunque no lo recordemos, cumple un papel importante en nuestra memoria, emociones y aprendizaje. Los sueños que logramos recordar son generalmente los últimos de la noche, ocurridos durante el ciclo REM más cercano al momento de despertar.

Durante mucho tiempo, la gente pensó que los sueños eran mensajes mágicos o señales del futuro, hoy sabemos que la mayoría no tiene un significado especial, sin embargo, hay ciertos patrones recurrentes que pueden indicarnos problemas de sueño o salud. Por ejemplo, soñar con sentirse atrapado, ser perseguido o experimentar terrores nocturnos con frecuencia puede ser señal de apneas (cortes en la respiración) o parasomnias (trastornos del sueño que incluyen sonambulismo o bruxismo). Los sueños, entonces, además de ser un fenómeno curioso y creativo, pueden ofrecer pistas sobre cómo está funcionando nuestro descanso y nuestra salud mental.

Recordemos que no todos los sueños son iguales, algunos son agradables y divertidos, otros extraños o confusos, y otros aterradores como las pesadillas. De hecho, las pesadillas aparecen con mayor frecuencia en la fase REM y pueden estar relacionadas con estrés, ansiedad, fiebre o medicamentos. 

Lee también: ¿Dificultad para dormir? Sigue estos consejos para mejorar tus hábitos del sueño

¿Cómo tener mejores sueños? 

Aunque no podemos controlar completamente lo que soñamos, sí podemos favorecer un descanso más reparador y sueños más tranquilos. Para ello, es importante reducir el estrés antes de dormir, practicar ejercicios de relajación o meditación, mantener horarios regulares de sueño, evitar comidas muy pesadas o estimulantes, descansar en un espacio silencioso y ventilado, y dejar a un lado los dispositivos electrónicos o trabajo en la cama.

Recuerda que soñar es una de las funciones más fascinantes del cerebro, mientras nuestro cuerpo descansa, nuestra mente organiza recuerdos, emociones y aprendizajes, entrena nuestras respuestas ante situaciones difíciles y nos prepara para el día siguiente. Aunque muchas veces olvidemos lo que soñamos, cada noche nuestro cerebro realiza un trabajo increíble, y eso convierte a los sueños en una de las maravillas más extraordinarias de la mente humana.