El pogo: un baile que nos hace mover de pies a cabeza

Desde los años 70, hay algo que ha sido tan característico de los conciertos de punk y rock como las guitarras distorsionadas y las voces desgarradas: el pogo. Ese baile es una mezcla de saltos, empujones y euforia colectiva. Pero el pogo no siempre estuvo ahí. Como muchas grandes cosas, nació de la espontaneidad, creció en el caos y se convirtió en tradición. Por eso, y porque todo el tiempo estamos pensando en rock, hoy te vamos a contar un poco más de su historia.

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Breve historia del pogo

Su nombre proviene del ‘pogo stick’, un juguete inventado en 1920 por los alemanes Max Pohlig y Ernst Gottschall, que unía saltos con equilibrio. Esos movimientos terminaron dando nombre al baile que simula exactamente eso: personas rebotando al ritmo de la música, como si un resorte los impulsara desde los pies.

Sin embargo, el pogo tal como lo conocemos se gestó en el Londres de los años 70, en los clubes de la escena punk británica. Fue Sid Vicious, bajista de la banda Sex Pistols, quien, según él mismo contó, lo inventó para molestar a una banda que no soportaba: "Saltaba hacia arriba y hacia los lados, caía sobre ellos y los tiraba al suelo", confesó en el documental 'The Filth and the Fury'.

A pesar de que algunos dudan de que Sid haya sido el verdadero inventor, lo cierto es que él lo popularizó. Y pronto, bandas como The Damned, The Ramones, The Slits, e incluso Blondie, ayudaron a extender este ritual.

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Durante la década de los 80, el pogo dejó de ser exclusivo del punk y se expandió a géneros como el hardcore, el metal y el grunge. En los 90, con la popularización de bandas como Nirvana, el pogo se globalizó. Ya no era necesario ir a Londres para verlo, estaba llegando a muchos lados del mundo, entre esos Latinoamérica.

Con la llegada de los 2000 y la era digital a través de YouTube y las redes sociales el pogo fue fortaleciendo su fama; comenzaron a publicarse videos de paredes humanas chocando al ritmo de la música.

Hoy en día, tiene variantes como el ‘mosh pit’, el ‘circle pit’ o el ‘wall of death’. Cada uno tiene sus propias reglas, pero todos comparten la misma esencia: energía desbordada, conexión con la música y un deseo por mover el cuerpo de pies a cabeza.

El pogo: el protagonista en festivales y conciertos

Llamarlo baile puede parecer extraño, pero eso es exactamente lo que es. Incluso el diccionario Oxford lo define como "saltar repetidamente siguiendo la música, como se hace en los conciertos de punk rock". Es una danza sin pasos fijos, pero con mucho ritmo. 

Puede parecer caótico y violento, pero dentro de esa locura hay un código no escrito. Hay empatía, solidaridad, y por raro que suene, cuidado mutuo. Si alguien cae, lo levantas. Si alguien está fuera de control, lo ayudas.

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Pero no solo eso, poguear tiene varios beneficios, y te vamos a nombrar algunos:

• Liberación emocional: perfecto para soltar frustraciones y estrés acumulado.
• Ejercicio físico: saltar durante varios minutos es más agotador de lo que parece y puede ayudar a mejorar la resistencia y quema calorías.
• Expresión: es una manera única de conectar con la música y con tu cuerpo.

¿Te antojaste de poguear? Pues bien, si luego de esto y aprovechando que viene Rock al Parque, te dejamos algunas recomendaciones:

1. Respeta el código: levanta a quien se cae. No busques lastimar. 
2. Cuida tu entorno: si hay personas más vulnerables o que veas que el pogo no está siendo seguro para ellas, ayúdalas para que puedan salir y estar bien.
3. Vístete para la ocasión: usa ropa cómoda y evita accesorios que puedan lastimarte o engancharse.
4. Hidrátate: saltar sin parar puede dejarte sin aliento. Toma agua antes y después.
5. Conoce tus límites: Si sientes que te abruma, sal del círculo. Siempre puedes volver.

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Ahora sí, prepárate para poguear. Recuerda que vas a poder ver #RockAlParquePorCapital, y por qué no, vivir tu primer pogo con tus amigos en la sala de tu casa. Suena como un gran plan y una gran forma de iniciarte en este baile que nos hace conectar con la música de una manera única.