En el sur de Bogotá, entre la densidad urbana del barrio Lucero Medio, se encuentra un refugio verde que pasa desapercibido tras la fachada de una casa, el Jardín Botánico Real de Colombia.
Aunque pequeño, este espacio reúne una colección viva de plantas que refleja la riqueza y diversidad de especies de nuestro país. Para estudiantes de primaria del I.E.D. Ciudad de Montreal, vecino al jardín, se ha convertido en un aula ambiental al aire libre, mientras que las aves locales disfrutan de un descanso de tranquilidad y alimento.
La historia de este jardín se remonta a 1989, cuando Édgar Parra y su familia fundaron el Gimnasio Real de Colombia en terrenos que habían adquirido anteriormente.
Puedes leer: Chorro de Quevedo: origen, historia y vida bohemia en Bogotá
Su sueño era que el colegio contara con áreas verdes, conservando algunos árboles de los antiguos propietarios y seleccionando cuidadosamente especies que pudieran prosperar en los espacios disponibles. Hasta 2012 funcionó como colegio, cuando la familia Parra decidió preservar las zonas verdes y transformarlas en el Jardín Botánico Real de Colombia, un homenaje a la antigua institución.
En el 2020, la Secretaría de Educación comenzó a usar las instalaciones para la Sede B del I.E.D. Ciudad de Montreal, destinada a estudiantes de básica primaria. Pese a ciertas restricciones por la presencia de alumnos, el jardín sigue abierto al público, y actualmente se trabaja en habilitar un restaurante en el lote del cenote para generar recursos que apoyen su funcionamiento.
Un recorrido por sus colecciones
El Jardín Botánico organiza sus colecciones principalmente según criterios taxonómicos y ecológicos, agrupando las plantas de acuerdo con las condiciones que favorecen su desarrollo, como luz, sombra y riego. Entre sus espacios destacan:
- Insectario: primer punto del recorrido, con una colección taxidérmica de insectos polinizadores, especialmente mariposas.
- Orquídeas: bajo sombra controlada, se encuentra una variada colección de orquídeas, muchas endémicas de Colombia.
- Bromelias: epífitas que aprovechan la penumbra y la humedad, mostrando gran diversidad de formas y colores.
- Frutas y hortalizas: estructuras que sostienen pasifloras como la curuba y cucurbitáceas como el pepino de guiso, donde convive una planta invasora, el ojo de poeta (Thunbergia alata).
- Suculentas: en terrazas soleadas, donde reciben abundante luz natural.
- Bosque nativo: árboles históricos como el pino romerón y el caucho sabanero, con vistas privilegiadas desde un puente de guadua.
- Cenote: piscina alimentada por manantial, uno de los atractivos más singulares del jardín, junto a un mariposario al aire libre y el único ejemplar de palma de cera del predio.
Más allá de su belleza y diversidad, el Jardín Botánico Real de Colombia representa un esfuerzo comunitario y educativo en Ciudad Bolívar. Su existencia demuestra cómo la preservación de áreas verdes puede convertirse en un aula ambiental y un atractivo turístico, ofreciendo a los bogotanos la oportunidad de acercarse a la naturaleza sin salir de la ciudad.
*Contenido financiado por el Fondo Único de TIC.

