Una prenda puede hacer la diferencia: súmese a esta red de cuidado y solidaridad con las mujeres de Bogotá

Una chaqueta que ya no usa. Un pantalón que se quedó en el fondo del armario. Esa blusa que no combina con nada. Lo que para algunas personas es solo una prenda más, para otras puede significar abrigo, seguridad y hasta una nueva oportunidad.

Así lo demuestra el servicio de ropero de Casa de Todas, una estrategia liderada por la Secretaría Distrital de la Mujer que brinda atención integral a mujeres mayores de edad que ejercen Actividades Sexuales Pagadas en Bogotá. En este espacio seguro, las mujeres reciben acompañamiento psicosocial, asesoría legal y orientación sociojurídica, además de poder acceder a ropa limpia y en buen estado como parte de su proceso de reconstrucción personal.

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El ropero funciona exclusivamente con donaciones. Las mujeres que acceden a este servicio pueden escoger hasta tres prendas por visita, de acuerdo con sus necesidades, tallas y estilos. Se busca que cada entrega represente una muda completa que les permita no solo vestirse, sino habitar el mundo con mayor dignidad y seguridad.

“Donar ropa para esta iniciativa es transformar la vida de las mujeres con un gesto tan sencillo como solidario. Invitamos a la ciudadanía a sumarse con donaciones que respondan a diversas tallas, estilos y momentos de uso”, afirmó Lina Lozano Ruiz, Directora de Enfoque Diferencial de la Secretaría Distrital de la Mujer. 

Casa de Todas ha acompañado a más de 2.698 mujeres, y cada prenda entregada forma parte de ese camino de resistencia y esperanza.

Quienes deseen donar ropa limpia y en buen estado pueden acercarse de lunes a viernes a la sede de Casa de Todas, ubicada en la Calle 27a #24-30, o coordinar su entrega a través del número 305 816 2919 o el correo electrónico casadetodas@sdmujer.gov.co. Se reciben prendas de todas las tallas y estilos, preferiblemente aptas para diferentes climas y momentos del día.

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Un gesto tan sencillo como donar ropa puede convertirse en una forma de abrigo, respeto y dignificación. Porque cada prenda cuenta una historia, y también puede cambiarla.