Categoría: Actualidad

  • ¿Cómo los paseadores de perros están reinventando la vida en Bogotá?

    ¿Cómo los paseadores de perros están reinventando la vida en Bogotá?

    En Bogotá, los paseadores de perros se han convertido en una figura clave del paisaje urbano. Más que un oficio, su labor refleja cómo la ciudad ha cambiado; viviendas más pequeñas, jornadas laborales más largas y una creciente preocupación por el bienestar animal han hecho que este servicio sea no solo común, sino indispensable.

    Cada día es más frecuente ver perros recorriendo parques, ciclovías y calles acompañados de sus paseadores, quienes organizan rutas, agrupan animales según tamaño y temperamento, y combinan disciplina con afecto. Este trabajo ha generado una red invisible de afectos entre humanos y mascotas, al mismo tiempo que moldea nuevas dinámicas de convivencia en el espacio público.   

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    Bogotá es una de las ciudades con mayor tenencia de mascotas en Colombia, solo detrás de Medellín y Cali. Se calcula que el 40% de los hogares bogotanos tiene al menos una mascota, siendo el perro la preferida. Las razones detrás de este aumento son múltiples: cambios demográficos, hábitos de consumo, búsqueda de compañía o apoyo emocional, e incluso la protección que estos animales brindan en los hogares.

    El oficio de paseador de perros surgió en Bogotá a finales de los años noventa, inicialmente en sectores de clase media-alta como Chapinero Alto y Rosales, y hoy se ha extendido a distintos barrios y clases sociales. La comunidad de paseadores es diversa. Jóvenes, adultos mayores, mujeres cabeza de hogar, profesionales en veterinaria o etología, y emprendedores que ven en esta labor una oportunidad sostenible y vocacional. 

    Más allá de la economía, los paseadores tienen un impacto directo en la vida de la ciudad. Su presencia constante en el espacio público no solo asegura el bienestar físico y emocional de los animales, sino que también fortalece la convivencia comunitaria. Para muchos dueños, representan una solución ante la falta de tiempo para atender a sus mascotas, garantizando que reciban ejercicio, socialización y atención constante.

    Su labor demuestra que los cambios en la vida familiar, laboral y social de Bogotá han dado lugar a nuevos oficios, nuevas formas de conexión afectiva y nuevas maneras de habitar la ciudad. Pasear perros en Bogotá es, en definitiva, un acto que une humanos, animales y ciudad en un mismo ritmo.  

    *Contenido financiado por el Fondo Único de TIC.

  • Smartfilms 2025: ‘Toma 10’ y el futuro del cine hecho con celulares en Bogotá

    Smartfilms 2025: ‘Toma 10’ y el futuro del cine hecho con celulares en Bogotá

    Recientemente se conocieron los ganadores de la décima edición de Smartfilms, el festival de cine hecho con celulares que en este 2025 recibió más de 2 mil 800 piezas inéditas de contenidos grabados con dispositivos móviles, de los cuales se hizo una selección de 900 cortos para finalmente tener 20 por categoría.

    La transmisión se vivió a través de la pantalla de Canal Capital y allí se conocieron los ganadores de cada categoría. Uno de los cortos galardonados en la velada fue ‘Toma 10’ que ganó en la categoría Mejor Guión.

    “‘Toma 10’ es un cortometraje en formato falso documental que sigue el rodaje de un capítulo de una telenovela colombiana en el cual el actor protagonista está reacio a que su protagonista va a morir, y suceden varias ocurrencias que complican el rodaje”, expuso Simón Matallana, guionista del corto.

    Según Matallana, esta historia nació del interés de mostrar las diversas situaciones que acontecen en un rodaje. Por la naturaleza de la narración, optaron por un formato de falso documental y el recurso metarreferencial que permitió, además, conectar con la audiencia con un tono cómico.

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    “Los elementos que conectaron con el público fue este formato de falso documental y también el hecho de que combina dos mundos para dos públicos diferentes, digamos el rodaje imita una novela clásica,de las que teníamos varios referentes; versus, los que hacemos cine que cuando vemos al microfonista metiéndose en la toma nos reímos y decimos “eso me ha pasado un par de veces”, aseguró.

    El cine hecho con celulares

    Para Matallana, el futuro del cine hecho con celulares abre la posibilidad de ver a personas cada vez más jóvenes haciendo producciones de buena calidad con sus dispositivos móviles y además es una oportunidad para enfocar el interés de los más pequeños hacia la creatividad.

    “Vemos a niños desde antes de los 10 años usando estos dispositivos y creo que hay que incentivarlos a que los usen para otro tipo de finalidades o contenidos. Estos celulares dan muchas facilidades, entonces el hecho de empezar mucho más pequeños a grabar cosas en casa, y esto hará que haya más gente preparada para afrontar el futuro audiovisual”, expuso.

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    Así mismo, afirmó que el cine hecho con celulares es una gran herramienta para narrar la ciudad pues los dispositivos dan una facilidad para contar las historias que pasan en el día a día, y que gracias a la oferta cultural y festivales como Smartfilms, se puede fortalecer la difusión y el apoyo al cine que se está haciendo en la capital.

    “Un festival como Smartfilms en una ciudad como Bogotá visibiliza las cosas que se hacen aquí, sobre todo las conexiones que tiene este festival que articula prensa, televisión, hacen que más gente se entere que se está haciendo audiovisual en la ciudad, que es un reto (…) Todo esto hace que la gente sepa que en la misma plataforma donde puede ver una novela puede ver un corto hecho por estudiantes, profesionales o aficionados”, concluyó.

  • Los paraderos donde no se espera un bus, sino una historia

    Los paraderos donde no se espera un bus, sino una historia

    En Bogotá existen unos paraderos singulares, no tienen rutas, ni buses, ni pasajeros apurados. En su lugar en donde se emprenden viajes distintos, viajes impulsados por la imaginación y los libros.   

    Se trata de los Paraderos Paralibros Paraparques (PPP), pequeñas bibliotecas al aire libre que hoy forman parte esencial de la Red Distrital de Bibliotecas Públicas de Bogotá (Biblored).

    Su origen se remonta a 1996, cuando Fundalectura, junto a gobiernos locales y departamentales, propuso crear espacios que acercaran la lectura a comunidades sin acceso a bibliotecas. En Bogotá, la iniciativa fue apoyada por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y con el tiempo pasó a integrarse plenamente a Biblored.

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    Actualmente, la capital cuenta con 95 PPP distribuidos por toda la ciudad, desde grandes parques metropolitanos hasta zonas de bolsillo en distintos barrios. Cada uno alberga cerca de 300 libros, la mayoría dirigidos al público infantil, aunque los catálogos se adaptan a los gustos y necesidades de las comunidades que los rodean. 

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    Más allá de los libros, estos espacios se han convertido en verdaderos puntos de encuentro cultural. Los mediadores de lectura organizan actividades que van desde recitales de poesía hasta talleres de tejido o presentaciones musicales, fortaleciendo el vínculo entre los vecinos y el arte. En los PPP se conversa, se aprende y se teje comunidad.

    Aunque Bogotá concentra la mayor cantidad de estos paraderos en el país, la idea también ha echado raíces en otras regiones como Pereira, Guatapé y Castilla La Nueva (Meta), demostrando que el modelo es replicable y que la lectura puede florecer en cualquier esquina.

    El diseño colorido de los PPP, inspirado en los tonos de la bandera bogotana y en la forma de una parada de bus, los ha convertido en un ícono urbano. Pero su valor va mucho más allá de lo estético: representan un símbolo de transformación social. En lugares como Altos de la Estancia, en Ciudad Bolívar, la lectura se ha convertido en una herramienta de cambio, capaz de crear lazos, esperanza y nuevas formas de habitar la ciudad.

    *Contenido financiado por el Fondo Único de TIC.

  • Bogotario vuelve con nuevos capítulos para seguir redescubriendo la capital

    Bogotario vuelve con nuevos capítulos para seguir redescubriendo la capital

    Bogotario, la serie que invita a mirar Bogotá con otros ojos, regresa con 30 nuevos capítulos que recorren los íconos y personajes que definen la ciudad.

    El estreno será el 14 de octubre en el YouTube de Canal Capital y el 15 de octubre en televisión. A partir de esa fecha, los episodios estarán disponibles martes, miércoles y viernes en YouTube, y martes, miércoles y jueves en televisión.  

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    Bajo el lema ‘una ciudad por descubrir’, la serie llega con capítulos que combinan historia, contexto y belleza visual. Desde las zapaterías del Restrepo y el chorro de Quevedo, hasta el Parque Simón Bolívar, la Cinemateca de Bogotá o los paseadores de perros, cada episodio celebra los lugares, oficios y tradiciones que forman parte de la identidad bogotana.

    David Moncada es la guía de esta travesía por Bogotá. Más que mostrar la belleza de cada ícono, descubre historias escondidas y curiosidades que hacen que cada lugar cobre vida y sorprenda a quienes creen conocerlo.

    Con estos nuevos capítulos, recorreremos localidades como Antonio Nariño, Engativá, Ciudad Bolívar, Chapinero, Sumapaz, Santa Fe, Usaquén, Fontibón, Suba y Teusaquillo, mostrando la ciudad a través de las voces de quienes la habitan. Sus historias invitan al público a reconocerse en los íconos y a descubrir nuevas facetas de Bogotá.  

    Bogotario no es una guía turística, sino un viaje para sentir y reconocer la identidad de Bogotá, explorando aquello que nos une como habitantes de la ciudad. Cada capítulo invita a contemplarla con asombro, orgullo y curiosidad, celebrando los elementos que nos hacen verdaderamente bogotanos

    *Contenido financiado por el Fondo Único de TIC.

  • «A mi Bogotá me ha dado todo. Es la ciudad que siempre me va a gustar representar», Liana Salazar

    «A mi Bogotá me ha dado todo. Es la ciudad que siempre me va a gustar representar», Liana Salazar

    Bogotá continúa fortaleciendo su papel como escenario clave para el desarrollo del fútbol femenino en el país, lo cuál se ve reflejado desde las canchas de los barrios y escenarios deportivos, hasta torneos de alto nivel, que ratifican a la capital del país como un referente de talentos y de oportunidades.

    Liana Salazar, jugadora profesional bogotana, quien cuenta con una extensa trayectoria en distintos clubes y en la Selección Colombia femenina, ha cumplido el sueño de cientos de niñas que ven en ella un ejemplo a seguir y un recordatorio de que es posible alcanzar cualquier meta que se propongan, especialmente en medio de la evolución que vive este deporte en la capital.

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    Según destacó Salazar, el progreso del fútbol femenino se evidencia en la participación de jugadoras que lo dejan todo en la cancha en la búsqueda de los primeros lugares, con una mentalidad no solo de competir, sino de ser las mejores; sumado a la realización de grandes torneos que impulsan el desarrollo de las mujeres en este deporte.

    Liana Salazar y la Copa Nottingham

    La Copa Nottingham ocupa un lugar importante en su memoria, ya que hace algunos años tuvo la oportunidad de competir en este torneo, el cual señala, ha elevado su nivel en cada edición y se ha consolidado como un espacio donde brillan nuevos talentos.

    “Antes uno veía uno o dos equipos fuertes hoy el nivel es muy parejo y todos los equipos se refuerzan para competir. La Copa Nottingham se ha vuelto un torneo bogotano muy importante”.

    Pero antes de llegar allí, muchas niñas tienen su primer acercamiento al fútbol en las canchas de sus barrios, donde descubren la pasión por este deporte, construyen un vínculo con el juego y comienzan a forjar su identidad, mientras desarrollan las bases de su formación futbolística.

    “Todas, en algún momento, empezamos jugando en la calle. Ese primer contacto es fundamental porque despierta las ganas de seguir avanzando, de buscar un club o una selección local”.

    Para Salazar, las escuelas de formación no solo cumplen un papel clave al profesionalizar las habilidades de las jugadoras, convertir el talento natural en habilidades técnicas, y fortalecer aspectos como el trabajo en equipo y la disciplina, sino que también les ayuda a proyectarse y trazar un camino hacia clubes y selecciones.

    “Creo que esas escuelas lo ayudan a uno, obviamente a formarse, pero también a visualizarse en lo que uno quiere. Eso es algo genial que hace unos años no se tenía”.

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    Finalmente, desde una mirada personal, resaltó el profundo vínculo que tiene con Bogotá y el orgullo que siente al representar a la ciudad: “a mi Bogotá me ha dado todo. Creo que incluso, mi generación fundó los primeros clubes femeninos en Bogotá. Bogotá es la ciudad que amo y que siempre me va a gustar representar”.

    “Yo vivo demasiado orgullosa de ser rola y eso nadie me lo quita. Dios permita en un futuro pueda estar en la dirigencia deportiva, y hacer que el fútbol bogotano crezca y sea visible no solo en Colombia, sino a nivel mundial”.

    Para concluir Salazar invitó a la ciudadanía a acompañar y apoyar torneos como la Copa Nottingham, que se transmite por la señal de Canal Capital.

    *Foto: Instagram de Liana Salazar.

  • “Bogotá es una plaza demasiado importante en el fútbol femenino”, Kelly Restrepo

    “Bogotá es una plaza demasiado importante en el fútbol femenino”, Kelly Restrepo

    Durante los últimos años, Bogotá se la ha jugado por el fútbol femenino, especialmente a través de torneos como la Copa Nottingham, que ha convertido a la ciudad en una vitrina de talentos, y les ha ofrecido a las participantes un espacio para competir, medirse en escenarios exigentes y fortalecer su proceso deportivo.

    Esa es la apreciación de jugadoras profesionales como la antioqueña Kelly Restrepo, que desde su experiencia dentro y fuera de la cancha, destaca el papel que ha jugado la capital en la formación, visibilización y proyección de nuevas futbolistas.

    “Bogotá es una plaza demasiado importante en el fútbol femenino, y ese tipo de competiciones (refiriéndose a la Copa Nottingham) son demasiado buenas porque hay mucha visibilidad en formación y también en lo profesional, pues hoy en día hay deportistas que a los 14 – 15 años ya pueden estar debutando”.

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    Bogotá, como epicentro del fútbol femenino en Colombia

    De acuerdo con Kelly, la capital del país es un lugar de oportunidades no solo en el fútbol sino en otros deportes, resaltando aspectos como la competitividad y la inversión, que convierten a la ciudad en un referente nacional.

    “Siento que siempre ha sido una de las ciudades top en el tema deportivo en cualquier disciplina, también la inversión que tiene Bogotá para el deporte es demasiado importante porque lógico eso ayuda también al seguimiento del mismo”.

    Uno de los pilares fundamentales en este proceso son las escuelas de formación que en la actualidad tienes espacios pensados específicamente para entrenar a mujeres, por lo que se convierten en un primer escalón para que niñas y jóvenes comiencen a construir su sueño deportivo, una posibilidad que no tuvieron algunas jugadoras de generaciones anteriores.

    “Durante la formación se imprimen valores y aprendizajes clave. Muchas de nosotras tuvimos que formarnos jugando con hombres, por eso ver hoy tantas escuelas y procesos enfocados en niñas es muy gratificante porque siento que para eso hemos trabajado nosotras, para que haya muchísimo más apoyo en el fútbol femenino”.

    No obstante, un lugar clave para el desarrollo de muchas jugadoras fueron las canchas de los barrios, donde de acuerdo con Restrepo se fortalecen habilidades deportivas, junto a la resistencia, el carácter y la capacidad de sobreponerse a la dificultad, elementos esenciales en este deporte de contacto.

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    Desde su experiencia personal, asegura que el barrio le aportó más a su crecimiento deportivo que la formación formal, ya que fue ese entorno el que la enseñó a competir y a “sobrevivir” en la cancha.

    La invitación de la jugadora es a continuar fortaleciendo el fútbol femenino y respaldando a los jóvenes talentos, así como a seguir de cerca competencias como la Copa Nottingham, transmitida por Canal Capital.

    *Foto: Instagram Kelly Restrepo.

  • Catalina Pérez resalta el crecimiento del fútbol femenino en Bogotá y su impacto en la Selección Colombia

    Catalina Pérez resalta el crecimiento del fútbol femenino en Bogotá y su impacto en la Selección Colombia

    El fútbol femenino en Bogotá vive un proceso de expansión sostenida, reflejado en el aumento de niñas y jóvenes que practican este deporte y en la presencia constante de futbolistas capitalinas en las distintas categorías de la Selección Colombia: Sub-17, Sub-20 y mayores. Así lo señaló Catalina Pérez, arquera del combinado nacional, al analizar la evolución del fútbol femenino en la ciudad.

    Para la guardameta, el cambio ha sido notorio frente a los inicios de su carrera. ‘Yo siento que el fútbol femenino en Bogotá está creciendo mucho y eso es algo que me emociona mucho. De cómo estaba cuando yo inicié jugando para la selección a lo que es ahora, cada vez está creciendo más y mejorando más’, afirmó, al destacar que Bogotá hoy aporta jugadoras en todas las categorías del seleccionado nacional.

    Ese crecimiento también se percibe en el entorno cotidiano. Cada vez es más común ver niñas jugando fútbol en colegios y parques, una escena que, según Pérez, no era habitual ni socialmente aceptada años atrás. En este contexto, las escuelas de formación cumplen un rol clave al convertirse en espacios de aprendizaje, disciplina y construcción de la pasión por el fútbol, acompañadas por entrenadores que exigen y forman desde edades tempranas.

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    La arquera también subrayó la importancia del fútbol barrial como parte de la cultura deportiva de la ciudad y del país. Estos partidos informales, muchas veces compartidos con hombres, representan un escenario de alta exigencia que contribuye al desarrollo técnico y competitivo de las jugadoras.

    En el plano competitivo, Pérez destacó el papel de torneos amateurs como la Copa Nottingham, uno de los certámenes más relevantes del país en su categoría, al permitir continuidad, mayor número de competencias y visibilidad para las jóvenes futbolistas. La transmisión de estos encuentros por Canal Capital amplía el alcance del talento local y fortalece su proyección a nivel nacional e internacional.

    Más allá del aspecto deportivo, el fútbol ha sido para Catalina Pérez un vínculo permanente con su familia y con Bogotá, ciudad donde nació. Aunque su carrera la ha llevado a jugar en distintas ligas y países, mantiene un fuerte arraigo con la capital. ‘Bogotá es dónde nací, dónde está mi familia. Ese amor por Bogotá ha crecido cada año de mi vida y tiene un sitio en mi corazón que no lo podría llenar ningún otro lugar’, concluyó la arquera.

  • Salario mínimo en 2026: el debate económico que se sirve en Un Café con Fe

    Salario mínimo en 2026: el debate económico que se sirve en Un Café con Fe

    Con el cierre de 2025 y el inicio de 2026, el salario mínimo vuelve a ocupar un lugar central en la agenda nacional. Este fue uno de los temas abordados en Un Café con Fe, donde se puso sobre la mesa la discusión sobre cuánto podría aumentar el ingreso básico, cuáles serían sus efectos en la economía y si realmente alcanza para vivir con dignidad en Colombia.

    El salario mínimo en el país corresponde a la remuneración obligatoria que deben recibir los trabajadores formales por una jornada laboral completa. Su ajuste anual se define a través de una mesa de concertación entre el Gobierno nacional, los gremios empresariales y las centrales obreras, teniendo en cuenta variables como la inflación, el costo de vida y la productividad. En caso de no lograrse un consenso, el incremento es fijado por decreto.

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    Más allá del ingreso mensual, este ajuste tiene efectos colaterales en otros pagos asociados, como el auxilio de transporte y aportes que se calculan con base en el salario mínimo. Aunque su aumento busca proteger el poder adquisitivo, también genera debate por sus posibles consecuencias sobre el empleo y la dinámica económica.

    Para analizar este panorama, en Un Café con Fe participó Gabriel Angarita, director de Estudios Económicos de la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico, quien explicó que el aumento del salario mínimo es una de las variables más sensibles de la economía colombiana. Según indicó, un incremento elevado puede traducirse en presiones inflacionarias, reflejadas en mayores costos de servicios como matrículas, medicina prepagada y el SOAT, lo que termina elevando el costo de vida, especialmente en Bogotá.

    No obstante, Angarita señaló que también existe un efecto positivo, una mayor capacidad de consumo para quienes reciben ingresos formales. Sin embargo, advirtió que en una economía con altos niveles de informalidad, un salario mínimo más alto puede dificultar la generación de empleo formal y limitar la contratación por parte de las empresas, lo que podría tener efectos adversos en el mercado laboral.

    Desde la otra orilla del debate, las centrales obreras defienden un incremento significativo. El presidente de la CGT, Percy Oyola, quien participa en la mesa de concertación con el Gobierno nacional, explicó que el 9 de diciembre el Comando Nacional Unitario, integrado por la CGT, la CTC y confederaciones de pensionados, presentará su propuesta oficial. Aunque no se precisaron cifras, afirmó que el planteamiento apunta a un aumento de dos dígitos, con el argumento de que el salario mínimo debe seguir cumpliendo su función como mecanismo de redistribución de la riqueza y de reducción de la pobreza.

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    Además, recordó que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó el pasado 21 de noviembre un estudio sobre el salario mínimo vital, en concordancia con el artículo 53 de la Constitución, que establece que el salario mínimo debe ser vital y móvil.

    Para contrastar estas posturas con la realidad cotidiana, el programa salió a las calles para preguntar a la ciudadanía si el salario mínimo alcanza para vivir. Las respuestas reflejan una percepción generalizada de insuficiencia. Varias personas señalaron que el costo del arriendo, que ronda entre 890.000 y 1.000.000 de pesos en sectores populares, sumado a gastos de alimentación, transporte y servicios, supera con facilidad el ingreso mínimo mensual. Algunos estiman que se requieren cerca de dos millones de pesos para cubrir los gastos básicos sin posibilidad de ahorro.

    Así, mientras avanza la discusión técnica y política que también se conversa en Un Café con Fe, la pregunta de fondo sigue abierta: ¿el salario mínimo en Colombia garantiza realmente una vida digna o apenas permite sobrevivir en un contexto de alto costo de vida?

  • Natalia Gaitán destaca el papel de la familia en su carrera: ‘fue fundamental para que yo pudiera alcanzar todos los sueños y objetivos que tuve’

    Natalia Gaitán destaca el papel de la familia en su carrera: ‘fue fundamental para que yo pudiera alcanzar todos los sueños y objetivos que tuve’

    El fútbol femenino en Bogotá ha mostrado un crecimiento sostenido en los últimos años, consolidando procesos desde categorías tempranas hasta niveles profesionales. La ciudad, con sus ligas locales, torneos y escuelas de formación, se ha convertido en un semillero de jugadoras que ya comienzan a destacar a nivel nacional e internacional.

    Para Natalia Gaitán, capitana de la selección Colombia y referente del fútbol bogotano, ‘es algo positivo, siempre va a ser muy bueno poder hablar de esto… Quedamos campeonas en la categoría sub-19 hace un par de semanas y eso da muestra de lo que se ha logrado también en fútbol sala’.

    La futbolista destaca que la creación de ligas y torneos para todas las edades ha permitido procesos más estructurados y continuidad en la formación de nuevas jugadoras.

    El papel de las escuelas de formación es fundamental en este desarrollo. Según Gaitán, ‘hace falta que volteemos más a mirar a estas escuelas más seguido y que puedan tener cierto vínculo más cercanía con los equipos profesionales’. 

    Estas instituciones no solo forman talento, sino que también fomentan competencias entre ellas, elevando los estándares de preparación en la ciudad.

    Los espacios públicos y las canchas de barrio también juegan un rol clave en la formación de futbolistas. Gaitán asegura que estos lugares son más que simples campos de juego: ‘son espacios donde se desarrolla el fútbol, una manera más como hobby, pero donde conviven muchas edades y se comparten experiencias’. 

    Además, los torneos locales como la Copa Nottingham refuerzan la participación familiar y comunitaria, un factor esencial para la motivación de las jóvenes deportistas.

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    La familia, según la jugadora, constituye el apoyo principal en la carrera de una futbolista: “el apoyo que me brindaron mis padres, mi hermano, mi familia en general fue fundamental para que yo pudiera alcanzar todos los sueños y objetivos que tuve”. Este respaldo no solo facilita el desarrollo deportivo, sino también fortalece la autoestima y la confianza de las jugadoras.

    Finalmente, Gaitán resalta el valor de Bogotá en su trayectoria personal y profesional: 

    ‘Mi ciudad significa demasiadas cosas, soy orgullosamente bogotana. Representar a la ciudad y al país me llenó de orgullo y responsabilidad… cada vez que regreso disfruto recorrer su historia y celebrarla desde su cultura y oportunidades’.

    El panorama del fútbol femenino en Bogotá continúa creciendo, con un ecosistema de formación, espacios públicos y apoyo familiar que promete seguir impulsando a nuevas generaciones de jugadoras hacia escenarios nacionales e internacionales.  

    *Foto: Instagram Natalia Gaitán

  • Audiencias Capital: el punk, identidad, territorio y acción social en La Nevera Sonora

    Audiencias Capital: el punk, identidad, territorio y acción social en La Nevera Sonora

    El programa Audiencias Capital, espacio de la Defensoría de las Audiencias de Canal Capital, dedicó una de sus más recientes emisiones a escuchar a quienes siguen de cerca La nevera sonora, en particular el capítulo centrado en el mundo del punk. La conversación permitió profundizar en cómo este género musical trasciende el sonido para convertirse en una expresión cultural, estética y social con raíces profundas en Bogotá.

    A partir del monitoreo al impacto del programa, Audiencias Capital invitó a Ana María, una joven televidente de 25 años residente en Bosa, quien comentó en redes sociales una de las piezas del capítulo dedicado al punk. Desde su experiencia como seguidora del programa y como parte activa de la escena rockera, su testimonio aportó una mirada desde el territorio.

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    El capítulo de La Nevera Sonora abordó el punk desde múltiples dimensiones: la voz de los artistas, las dinámicas de la industria independiente, la historia del género y su lectura sociológica y antropológica. Esta aproximación, según se destacó en el espacio, permite entender el punk no solo como música, sino como una forma de interpretar la sociedad, de cuestionar y de construir identidad.

    La estética fue otro de los ejes del episodio. Tatuajes, peinados, vestuarios y símbolos aparecieron como elementos que no solo diferencian a quienes hacen parte de esta escena, sino que comunican posturas políticas, culturales y formas de resistencia. En ese sentido, el programa mostró cómo la imagen también narra historias y construye comunidad.

    Desde Bosa, Ana María explicó que el punk y el rock han sido puertas de entrada a procesos colectivos que integran música, fotografía, publicaciones independientes y acciones solidarias. En su localidad, la escena se ha consolidado alrededor de asociaciones culturales que organizan eventos donde la música convive con iniciativas comunitarias, apoyo a familias vulnerables y trabajo con comunidades indígenas.

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    Durante la conversación, se subrayó que uno de los aportes centrales del capítulo es la ruptura de estigmas. Lejos de asociar el punk con la marginalidad o la falta de futuro, La Nevera Sonora expone prácticas de autogestión, creación artística y pensamiento crítico que fortalecen el tejido social y amplían las formas de participación cultural en la ciudad.

    El análisis realizado en Audiencias Capital evidenció que este tipo de contenidos no solo informan, sino que generan reflexión y diálogo con las audiencias. El capítulo sobre el punk abrió una ventana para comprender cómo la música puede ser un lenguaje para leer la ciudad, narrar sus territorios y reconocer la diversidad cultural que habita en Bogotá.

    *Contenido financiado por el Fondo Único de TIC.

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