Bogotá entre ladrillos y árboles
Bogotá vive una tensión constante entre la necesidad de crecer y el deseo de preservar. Mientras la ciudad se expande en ladrillo, asfalto y concreto, también late en ella una conciencia ambiental que resiste y propone. En esta encrucijada urbana, expertos como Liliana Castañeda y Andrés Sebastián Cepeda se suman a la conversación con David Moncada para reflexionar sobre el futuro del verde en la capital.

Bogotá vive una tensión constante entre la necesidad de crecer y el deseo de preservar. Mientras la ciudad se expande en ladrillo, asfalto y concreto, también late en ella una conciencia ambiental que resiste y propone. En esta encrucijada urbana, expertos como Liliana Castañeda y Andrés Sebastián Cepeda se suman a la conversación con David Moncada para reflexionar sobre el futuro del verde en la capital.
La capital se mueve entre tres colores: el gris de su infraestructura, el naranja del ladrillo que moldea sus barrios y el verde de sus zonas naturales. Espacios como el Parque Simón Bolívar, el Parque de los Novios o el Humedal Córdoba funcionan como pulmones estratégicos, claves en la salud ambiental de una ciudad que no deja de crecer.
Durante décadas, las decisiones de ordenamiento territorial privilegiaron la expansión urbana, relegando los espacios naturales a un segundo plano. Sin embargo, nuevas generaciones de profesionales y activistas urbanos están impulsando un enfoque más consciente, donde la sostenibilidad y la equidad sean principios rectores.
Uno de ellos es Andrés Sebastián Cepeda, artista visual bogotano de 34 años, especializado en la gestión de proyectos culturales y ambientales. Su trabajo fusiona la creatividad con un compromiso social profundo. Sus raíces rurales, marcadas por los recuerdos de infancia en la finca de sus abuelos, han nutrido su amor por la biodiversidad, y hoy inspiran su visión sobre la conservación dentro del contexto urbano.
Por su parte, Liliana Castañeda ha construido una trayectoria sólida en el campo del urbanismo y la política pública. Su enfoque se centra en la relación entre el ordenamiento territorial y el género, y ha trabajado como consultora en iniciativas que buscan integrar la sostenibilidad con la justicia social. Ha defendido el derecho a la vivienda, el manejo responsable de residuos sólidos y una mejor articulación entre Bogotá y su región. Para ella, la expansión urbana descontrolada no solo compromete el equilibrio ecológico, sino también la sostenibilidad misma de la vida en la ciudad.
Bogotá no es solo una ciudad que crece, es también una ciudad que respira. Y mantener esa respiración viva es un reto colectivo que hoy se discute no solo en los planos técnicos, sino también desde la experiencia personal, el arte y la política. Entre el cemento y los humedales, entre las decisiones de escritorio y las memorias del campo, el futuro del verde en Bogotá se sigue escribiendo.